Virgen del Valle, Patrona de Catamarca.

En Catamarca el rito y la fe se encuentran hondamente enraizados y esto queda plasmado en un amplio abanico de hechos festivos. Estas son parte del acervo cultural de la provincia y en estas manifestaciones festivas, lo popular, lo místico y lo religioso aparecen entremezclados, aunque la manifestación de la religiosidad popular  responde a los grandes ciclos litúrgicos, la Pachamama se une a la celebración puesta de manifiesto por el pueblo que siente y vive la liturgia y sus misterios a su modo y manera. 


Esto puede sentirse en los tradicionales Misachicos que recorren extensos caminos hasta llegar al lugar en el cual se realiza la celebración principal.
Cada rincón en la provincia tiene su santo y cada uno de ellos tiene una particular manera de agradecerle, entonces la celebración adquiere ribetes propios de sus habitantes y sus costumbres. Tal es el caso de San Juan Bautista patrono de Londres, Belén, Virgen de Loreto en Antofagasta de la Sierra, San Sebastián en Pomán, San Pedro en Fiambalá, la Madrecita del Alto del Rosario en Ancasti, Sagrado Corazón de Jesús en Villa Vil, entre otros. La celebración al Santo Patrono se une al folclore local, aportando antiguos “saberes” que se viven a través de los sabores, la música, el canto y la danza.      
En la ciudad Capital la Virgen del Valle atrae cada año en sus dos celebraciones, miles de devotos. La peregrinación es un viaje motivado por cuestiones religiosas y realizado por una persona creyente a un lugar considerado sagrado. Peregrino se denomina a toda aquella persona que hace esa ruta y que puede realizarse caminando, a caballo, en bicicleta, en automóvil o motos con el único fin de llegar a la Madre Morena y agradecer el favor recibido. 
Virgen del Valle, patrona de Catamarca, considerada la “pobladora” de la ciudad de San Fernando del Valle de Catamarca, es una pequeña imagen vestida a la usanza española, debajo de su túnica blanca y su manto celeste, esconde una imagen policroma en la que resplandece el sol del incario...
La “Mama Achachita” de los indios de Choya, es la “Pura y Limpia Concepción” del santoral católico, pero, quizá, recuerda esas deidades femeninas de nuestro pasado indígena, y, por ello, es el vértice en el que confluye la cultura mestiza de esta tierra (tierra-madre-pacha-mama) objetivándose en la Fiesta paradigmática de los catamarqueños. La imagen está envuelta de misterios, se desconoce su procedencia, pero aun hoy, las procesiones y peregrinajes constantes que se realizan en su honor, hermanando a todos los hombres. Es la madre querida de todos los catamarqueños y de todos aquellos que busquen su amparo espiritual.

Nota: cortesía de la Sra. Cristina Capilla - Secretaría de Turismo de Catamarca