Jesuítas & Guaraníes, una experiencia única..

El jefe político era el cacique o tuvichá, un cargo hereditario que debía ser ejercido por un buen guerrero y con un hablar elocuente. 
Un buen jefe debía también ser generoso en el reparto de las mujeres y de los alimentos. 
Él era el único que podía tener varias esposas. Podían llegar a tener hasta 20, y como los lazos de familia eran también lazos políticos, a través de ellas, obtenía poder y apoyo del resto del grupo. Para el resto de los hombres estaba destinada la monogamia. 
La sociedad guaraní permitía la separación de las parejas. La figura a través de la cual se aplicaba era la del "repudio" tan del esposo o de la esposa sobre su cónyuge. Lo que realmente estaba condenado socialmente era la infidelidad, sobre todo de parte de las mujeres. 
Tanto lo era que había una creencia que aseguraba que la comida preferida de los jaguares en la misteriosa y peligrosa selva era la de los hijos de las mujeres solteras o de las adúlteras .... 


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