La leyenda de la Estevia

Una vieja leyenda nativa narra su origen: dos naciones de indios se odiaban a través de las edades y generaciones, luchando encarnizadamente entre sí.
Cierto día, en que la lucha era más cruenta, apareció Onagait, el espíritu supremo, tratando de que se apaciguaran los odios y la paz reinara entre las tribus. Como verdadero milagro renacieron el amor y la comprensión. 
Muerto Onagait, los viejos rivales le sepultaron. Con verdadero estupor vieron que sobre su tumba nació al poco una planta desconocida; el Caa Jhe En, en cuya savia por su dulzura reconocieron al supremo espíritu (1).


Estevia, Yerba Dulce o Caajé, es un arbusto nativo del nordeste de Argentina (Misiones) y el Paraguay, que tiene la característica de presentar una savia muy dulce. 
Los nativos lo utilizaban y lo llamaban kaá he´, palabra compuesta que significa "hierba dulce". 

Se comercializa en forma de polvo o gotas, o simplemente la hierba seca para mezclar en las infusiones (mate y tés) en reemplazo del azúcar. También se puede cultivar como planta de jardín, en la tierra o macetas. 
Hasta 300 veces más dulces que el azúcar, los glucósidos de esta especie no afectan la concentración de glucosa en sangre, por lo que resultan inocuos para los diabéticos y útiles en dietas hipocalóricas. 
Además de ser un edulcorante natural apto para diabéticos, se le atribuyen propiedades antioxidantes (antienvejecimiento), hipotensoras (disminuye la presión arterial) e hipoglucemiantes, o sea que no solo no incremente el nivel de azúcar en sangre sino que ayuda a disminuirlo. 

(1) Diccionario de Mitos y Leyendas - Equipo Naya