El Puñal (fragmento)


(...) Silencio: ya el paso leve  
por entre la hierba mueve, 
como quien busca y no atina, 
y temerosa camina
por ser vista o tropezar, 
una mujer; en la diestra 
un puñal sangriento muestra. 
Sus largos cabellos flotan
desgreñados, y denotan
de su ánimo el batallar. 
Ella va. Toda es oídos; 
sobre salvajes dormidos
va pasando; escucha, mira, 
se para, apenas respira, 
y vuelve de nuevo a andar. 
Ella marcha, y sus miradas
vagan en torno azoradas, 
cual si creyesen ilusas
en las tinieblas confusas 
mil espectros divisar. 



Ella va; y aun de su sombra,
como el criminal, se asombra;
alza, inclina la cabeza;
pero en un cráneo tropieza
y queda al punto mortal.
Un cuerpo gruñe y resuella,
y se revuelve..., mas ella
cobra espíritu y coraje,
y en el pecho del salvaje
clava el agudo puñal.
El indio dormido expira,
y ella veloz se retira
de allí, y anda con más tino
arrostrando del destino
la rigurosa crueldad.

(De La Cautiva)

Esteban Echeverría (1805/1851) - Iniciador del romanticismo en la literatura rioplatense, vivió cuatro años en París, ciudad que marcó profundamente su obra. Fue uno de los fundadores de la Joven Argentina y la Asociación de Mayo, y se exilió en Uruguay cuando fracasó la conspiración de Maza. Escribió "Rimas" - que incluyen La Cautiva -, El Matadero, Elvira o la novia del Plata y Los Consuelos, entre otros. Murió en Montevideo, enfermo y pobre. 

Extraído de "Los Argentinos" - Perfil Libros