El volumen de Locke, los anaqueles,
la luz del patrio ajedrezado y terso,
y la mano trazando, lenta, el verso.
La pálida azucena a los laureles.
Cuando en la tarde evoco la azarosa
procesión de mis sombras, veo espadas
públicas y batallas desgarradas;
Con Usted, Lafinur, es otra cosa.
Lo veo discutiendo largamente
con mi padre sobre filosofía
y conjurando esa falaz teoría
de unas eternas formas en la mente.
Del otro lado del ya incierto espejo
lo imagino limando este bosquejo.
Jorge Luis Borges
De "La moneda de hierro" (1976)
la luz del patrio ajedrezado y terso,
y la mano trazando, lenta, el verso.
La pálida azucena a los laureles.
Cuando en la tarde evoco la azarosa
procesión de mis sombras, veo espadas
públicas y batallas desgarradas;
Con Usted, Lafinur, es otra cosa.
Lo veo discutiendo largamente
con mi padre sobre filosofía
y conjurando esa falaz teoría
de unas eternas formas en la mente.
Del otro lado del ya incierto espejo
lo imagino limando este bosquejo.
Jorge Luis Borges
De "La moneda de hierro" (1976)
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